Querido chico del casco blanco:
Me sorprendí al enterarme que querías saber que pienso en ti, cuando recibí esa nota tuya diciendo "espero algún día, no sé, de alguna forma ser parte de tu vida, de eso que amas, de eso que emanas, de eso que te apasiona, ser, porque no, letras, tus letras." ¿Por qué me sorprendió? Tal vez porque a veces sueles ser frío y distante o a veces, en pequeños instantes, descongelas mi mundo. Es posible que mi asombro venga de que nunca me habían pedido eso, jamás me habían dicho, de forma tan abierta, que sería un gusto ser alguna de mis historias, pero ¿sabes algo, chico del casco blanco? Tú ya has sido parte de mis historias, no te diré cuales, no te diré cuentas, sólo quiero que sepas que sí pienso en ti, te he pensado y por lo mimos te he escrito.
Siempre pienso en mi gente, en mis amigos, en mis personas favoritas, siempre están allí para inspirarme, para poder hablar un poco de ellos, porque ellos me ayudan a explicar, de forma más clara y más real, mi mundo, mi entorno. Así que puedes estar tranquilo, porque ya eres parte de mis historias, de mis pequeños relatos, porque, chico del casco blanco, desde el día en que dijiste "me gustó de ti lo revolucionario", desde ese día, ya formaste parte de mi vida, te quedaste, y aún no entiendo porque, si fue tan rato, tan inusual para mi la forma en que te conocí que aún no logro explicarme porque penetraste en mi mente tan rápido, porque esa rara conexión desde el primer día en que platiqué contigo, no sé si sea buena o mala, sólo sé que la sigo disfrutando, a veces me pregunto si tú también lo ves así, ¿es así, es una conexión rara e inusual, o sólo es mi no costumbre a ser tan abierta? Ojalá algún día puedas responderme.
A veces me da miedo que pienses que eres desechable, que puedes desaparecer, no es así, por lo menos para mi no lo es, eres especial, eres una persona muy rara de encontrar, y eso implica que las personas afortunadas, como yo por haberme topado en tu vida, debemos aprender a conservar a las personas como tú. En ocasiones creo que piensas que puedes sencillamente irte, y en parte tienes razón, he aprendido que nadie debe ser imprescindible, pero ¡oh!, chico del casco blanco, eres tan diferente, en algunos aspectos, a los demás, que no contar contigo en mi vida sería un poco trágico, porque para bien o para mal, ya me he acostumbrado a ti, a tus bromas, a tus chistes sin gracia, a tu necedad, a nuestras pláticas sin sentido, a ser tu doctora corazón, pero sobre todo, me he acostumbrado a ser tu amiga.
Así que puedes seguir creyendo que no pienso en ti, pero en el fondo, estoy segura, es algo que siempre has sabido.
En fin, aquí me detengo, chico del casco blanco antes de que te cuente cosas que tal vez no quieras saber.
Con un especial, pero muy especial cariño, la chica de las botas.
26/Junio/2013.