miércoles, 26 de junio de 2013

Carta al chico del casco blanco.


Querido chico del casco blanco: 

Me sorprendí al enterarme que querías saber que pienso en ti, cuando recibí esa nota tuya diciendo "espero algún día, no sé, de alguna forma ser parte de tu vida, de eso que amas, de eso que emanas, de eso que te apasiona, ser, porque no, letras, tus letras." ¿Por qué me sorprendió? Tal vez porque a veces sueles ser frío y distante o a veces, en pequeños instantes, descongelas mi mundo. Es posible que mi asombro venga de que nunca me habían pedido eso, jamás me habían dicho, de forma tan abierta, que sería un gusto ser alguna de mis historias, pero ¿sabes algo, chico del casco blanco? Tú ya has sido parte de mis historias, no te diré cuales, no te diré cuentas, sólo quiero que sepas que sí pienso en ti, te he pensado y por lo mimos te he escrito.


Siempre pienso en mi gente, en mis amigos, en mis personas favoritas, siempre están allí para inspirarme, para poder hablar un poco de ellos, porque ellos me ayudan a explicar, de forma más clara y más real, mi mundo, mi entorno. Así que puedes estar tranquilo, porque ya eres parte de mis historias, de mis pequeños relatos, porque, chico del casco blanco, desde el día en que dijiste "me gustó de ti lo revolucionario", desde ese día, ya formaste parte de mi vida, te quedaste, y aún no entiendo porque, si fue tan rato, tan inusual para mi la forma en que te conocí que aún no logro explicarme porque penetraste en mi mente tan rápido, porque esa rara conexión desde el primer día en que platiqué contigo, no sé si sea buena o mala, sólo sé que la sigo disfrutando, a veces me pregunto si tú también lo ves así, ¿es así, es una conexión rara e inusual, o sólo es mi no costumbre a ser tan abierta? Ojalá algún día puedas responderme. 

A veces me da miedo que pienses que eres desechable, que puedes desaparecer, no es así, por lo menos para mi no lo es, eres especial, eres una persona muy rara de encontrar, y eso implica que las personas afortunadas, como yo por haberme topado en tu vida, debemos aprender a conservar a las personas como tú. En ocasiones creo que piensas que puedes sencillamente irte, y en parte tienes razón, he aprendido que nadie debe ser imprescindible, pero ¡oh!, chico del casco blanco, eres tan diferente, en algunos aspectos, a los demás, que no contar contigo en mi vida sería un poco trágico, porque para bien o para mal, ya me he acostumbrado a ti, a tus bromas, a tus chistes sin gracia, a tu necedad, a nuestras pláticas sin sentido, a ser tu doctora corazón, pero sobre todo, me he acostumbrado a ser tu amiga. 

Así que puedes seguir creyendo que no pienso en ti, pero en el fondo, estoy segura, es algo que siempre has sabido. 

En fin, aquí me detengo, chico del casco blanco antes de que te cuente cosas que tal vez no quieras saber. 

Con un especial, pero muy especial cariño, la chica de las botas. 


26/Junio/2013. 

lunes, 10 de junio de 2013

Amigo. 

Te noto distante, te noto temeroso, ¿por qué no confiar en lo que sientes? A veces la mejor decisión es no quedar en silencio, es hablar, decir "estoy aquí". Recordé lo que hemos hablado, sobre como lo hemos hablado, al final a veces puede más el miedo de amar a alguien que no esperabas, con quién no soñabas, con quién no creías posible pasar noches enteras hablando sin sentir sueño, pasar horas y horas hablando sin decir nada. A veces, amigo, uno no puede tener el control y decir "ella o él me gustará", a veces simplemente sucede, simplemente llega y se instala, llega y no dice "agua va".
Pero no escribo para que sepas como sucede, ya lo sabes, te esta sucediendo, a lo que en realidad vengo es a decirte que tus palabras de la otra noche aún resuenan cual eco, aún me aterra la forma en que dijiste las cosas, en como sin ton ni son pretendes fingir que no te pasa nada, cuando la realidad es que temes alejarte, dejar todo atrás, no intentar. 
Pues te lo haré más sencillo, lee con precaución, lee con atención: 
Yo no puedo competir contra ellas, con las que ves y fantaseas, con las que ves y dices "que mujer tan guapa, que mujer "tan buena", con las que no te pena salir por la calle,  yo, amigo, soy estas letras, soy este cuerpo, que una vez describí como "un cuerpo de caderas anchas, senos separados y piernas llenas", soy este cuerpo que has tenido frente a ti tantas veces, que has abrazado, así que puedes simplemente aceptarlo o no, no hay más opción. Yo no soy, ni puedo ser como ellas, no soy la mujer perfecta ni el cuerpo perfecto, pero al final, ellas tampoco lo son, en esta sociedad nada es perfecto, todo esta a la orden de la crítica voraz, nada es normal, todo, en algún punto, está mal, todas, sin excepción somos "muñecas rotas", como suelen llamarnos, como suelen calificarnos, que tontería, ni siquiera se han dado cuenta de que no somos "muñecas rotas", porque no somos un juguete, un afiche de colección, nosotras somos humanos, somos carnes, somos, somos huesos, grasa y músculos, somos eso que ves, eso que lucha contra los estereotipos, contra ser lo que ustedes llaman "la mujer ideal", pero al final, amigo, ¿qué es ser la mujer ideal? Pues en realidad esa mujer no existe porque simplemente existe "la mujer", y ser mujer es vivir feliz con una misma, plena, dichosa, es respetarse, es romper las reglas que nos detienen para ser mejor cada día. Cada uno de ustedes, hombres, y en realidad, tantas mujeres, deberían entender eso, deberían entender que no hay mujer perfecta e ideal, que tal idea se puede transformar en una sola "la mujer que amamos". No importa el color de los ojos, la tez o el cuerpo, la mujer ideal es la que simplemente te llena, la que te hace sonreír, la que cuando no esta te hace extrañar todo, la que te escucha, la que te cuenta, la que cuidas y te cuida, la que te respeta y respetas, la que logra penetrar en la roca que construiste para protegerte del mundo sin siquiera hacer una grieta en ella, sin herirte, la que sueña contigo cuando tú sueñas con ella, la que simplemente te gusta, esa, es "la mujer que amas", la que no debes dejar ir, porque como todo, nada es ni dura  para siempre, y su espera por ti, mi espera por ti tampoco lo será.
Así que amigo, puedes simplemente aceptar o no lo que hay, lo que tengo, lo que soy, si decides aceptarlo, créeme, seré feliz, pero si en su defecto decides dejarlo, también lo seré, pero simplemente tendrás que alejarte de mi, porque amigo, ya me gustas lo suficiente para seguir jugando al "no pasa nada, somos amigos aunque muera por besarlo". 
Es fácil, es sólo cuestión de decir.

Vive y lucha, con amor, tu...yo.

El grafógrafo [Salvador Elizondo]

"Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo."

El grafógrafo.

Salvador Elizondo.