lunes, 2 de junio de 2014

La inseguridad del sexo.

Quiero, y sobre todo, necesito escribir sobre lo que siento al respecto de eso que pasó ayer, de lo que uno decide sin decidir, volcado por la mera necesidad de aprobación, reinada por la desconfianza y la falta de amor propio, ¿cómo lo llaman? inseguridad. Pero el problema radica que no sé como empezar a escribirlo, a deslizar eso que pasa por el teclado de esta computadora, barata y de software pirata, en donde el Word no sirve por la misma razón pasada; es preciso para mi encontrar la palabra exacta, y de ahí, como el agua pasando por el riachuelo de Tapalpa al que tanto me encanta ir, fluir, a la perfección de la imperfección de la narración sincera y propia, de la narración prosaica que hace que procrastine, delegando las demás tareas por hacer, y así, de a poco explicar que más que la propuesta hecha y sellada ayer por la tarde, lo que más necesito es entender y hacer de mi algo nuevo, donde el miedo no me haga parecer segura, donde esa insatisfacción de lo propio, de ese pensar ruin y al parece autodestructivo (que ciertamente lo es) deje de pasar coqueto como una salida fácil y definitiva a lo que me da miedo enfrentar, porque lo que en verdad necesito es comprender que más allá de una vida plagada de inseguridad y de aprobación del sexo opuesto sobre el sexo mismo es abrir un poco más mi perfil romántico, mi necesidad de amor, por el amor mismo, por el amor propio, y entonces decirle a él, que quiero que me bese, me tome de la mano, me haga cosquillas aunque las deteste, me abrace, y no me deje ir, me diga que quiere que sea su amiga y su novia, que le encanto, pero no por abrir las piernas, sino por abrir mi corazón, pero más que nada, por ser quién soy.

(26 de Mayo de 2014, sentada frente a la computadora del trabajo, recordando que en realidad él me gustó mucho)

El grafógrafo [Salvador Elizondo]

"Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo."

El grafógrafo.

Salvador Elizondo.