martes, 12 de noviembre de 2019

Allá afuera va a llover

Veo el cielo y comienza a nublarse, se pinta de un gris que anuncia una tormenta y no logra inmutarme, ya nada ha conseguido hacerlo en este último año. La saciedad y el placer son dos cosas que he perdido, que tristeza, pues en ese sin sentido he arrastrado al fango a personas que amo y que llevan por bandera el signo de interrogación, "¿qué puedo hacer yo?, ¿qué es lo que le pasa?", y no entienden que ni yo misma logra explicarme esta perra enfermedad.

Estoy en casa, en mi 8-C escribiendo porque las ganas de correr al abismo me corroen, porque perderme suena tan tentador, y sin embargo lucho, peleo contra ese gran tigre que intenta apoderarse de mi, que me aprisiona en mi misma, porque así, desde pequeña aprendí a pelear, a defenderme, y no permitiré que esta afección me arrebate el único goce que me queda. 

Afuera el color anuncia la tormenta, aquí adentro llueve desde enero...

Entrega 3.

El grafógrafo [Salvador Elizondo]

"Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo."

El grafógrafo.

Salvador Elizondo.