sábado, 19 de junio de 2021

Carta a ti, bipolaridad, mi entrañable amiga.

Estimada bipolaridad: 

 Hoy quiero romper el silencio, quiero darte la bienvenida en mi casa, en mi 8-C. 

Me ha nacido escribirte a ti, que has reinado mi mundo durante toda mi vida, pero a quien apenas conocí de frente hace apenas 2 años.  A ti, quién me dirigió al verdadero vacío y me enseñó la cara más frágil de la vida. 

Poco conocemos de ti, bipolaridad, porque hemos estado viviendo en un mundo de inexplicables confusiones en donde se ha mantenido el desorden de la explicación de que eres un simple cambio en el estado de ánimo, y donde el padecimiento es un juego para los demás. 

A ti, estimada amiga, te debo mi fortaleza, mi entereza actual de saber como sortear mis problemas, porque midiéndolos contra ti, todo lo demás es miniedad. 

Porque una vez mostrada esa cara de la depresión constante que me ha llevado al filo del suicidio puedo decir que vivir, hoy, es una fortuna. 

Te agradezco también porque me has enseñado quienes son los verdaderos amigos, que ante el fracaso, las caídas, las manías, el sexo desenfrenado y una que otra pérdida de memoria ante la manía han estado allí, y sobre todo, ante tu diagnóstico no se fueron de mi lado. 

También me enseñaste que la familia estará contigo ante cualquier situación. Que no importa el dinero, la distancia o el miedo ante ti, ellos estarán para mi porque me aman. 

Entrañable bipolaridad, tanto te debo que no me han bastado los últimos párrafos para poder agradecerte. Pero es que ha sido tanto tiempo, tanto aprendizaje que una carta no bastaría para demostrarle al mundo todo lo que me has regalado. 

Antes de aceptarte intenté luchar contra ti, y no me gustaría que dejaras pasar por alto que el que hoy te escriba tiene que ver mucho con que el hombre de mi vida me hizo entrar en razón para poder admitirte. Gracias a él hoy puedo entender mejor mi diagnóstico y sobre todo, me ha enseñado que no soy eso, "el diagnóstico", no soy tú. Que sólo eres una condición más. 

Poco sabemos de ti y eso me aterra en momentos, porque cuando creo que te he llegado a conocer del todo, caigo en la cuenta de que no conozco ni la medida de tus tobillos. Pero he entendido que tú si me has sabido comprender, que tú has llegado a conocer mi talón de Aquiles y con ello, has hecho que me quiebre a ratos. 

Lo dual se ha apoderado de mi, querida amiga, tanto que la prescripción ante ti ha llegado en dos: medicamentos y terapias. Porque me han explicado que debo aprender a vivir contigo, porque eres esa condición médica que no desaparece cual catarro, porque eres parte de mi, así como yo soy parte de ti. 

Estimada bipolaridad, hoy necesito que el mundo te conozca, para que también logren entender mis verdaderos miedos. 

Me nace escribirte esta carta, para demostrarme que no tengo más problema en aceptarte, que entiendo las vicisitudes que me han llevado a ello, pero sobre todo, porque he aprendido a amarte. 

Con verdadero y estimado amor, la extranjera en el 8-C.


P.D.

No dejes de enseñarme cosas, que prometo, por el amor que me aprendido a tenerme, que cada lección la aplicaré en mi día a día...pero sobre todo, la compartiré con el mundo.


El grafógrafo [Salvador Elizondo]

"Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo."

El grafógrafo.

Salvador Elizondo.