sábado, 19 de marzo de 2011

Sin título… y aún así hay que abrir los ojos.

Esté es un pequeño texto que hace unos meses escribí bajo los efectos de la mala vida que había estado llenando mi país, mi estado, mi ciudad (y que a pesar de todo los esfuerzos siguen pasando exactamente lo mismo, o quizá en mayor magnitud). Escribí estas líneas para el número conmemorativo de aniversario de la revista “Los Nadie” en la que colaboro, (revista independiente, sin animo de lucro, sin animo de elitismo y sin el más mínimo interés de ser uno más en el montón del puesto de revistas, sino que pretende abrir conciencias, pero bueno esa es otra historia que luego contare porque vale la pena ser mencionado). Yo sé que no soy una salvadora, y no pretendo que la gente se case de una vez por todas con mis ideas, con lo que creo, con lo que pienso y lo que SÉ, para nada (como una vez lo dije y lo vuelvo a repetir, no me cansare de escribir, de decir las cosas que creo, por lo menos no ahorita, quizá llegue el día, sí, pero aún tengo mucho que dar…) así que lo que a continuación escribo no es con el afán de creerme una mujer que puede contra el mundo… sólo soy una mujer que PUEDE con sus IDEAS.
<<Cuando menos lo esperas las cosas caen como cubetas de agua helada sobre tu cuerpo, helando todo a su paso, construyendo una escarcha de capa gruesa que impide que los rayos del sol toquen tu piel, que sientas el aire, que no te permite sentir que respiras, que aún vives… hace tiempo que me siento así, muerta, que no siento los rayos del sol besar mi piel, el aire golpear mi rostro, que no respiro.
Muchos me creerán loca, poco me importa el calificativo que quieran poner, sólo trato de explicarles lo que veo, lo que siento, lo que es una realidad aquí.
Es sencillo ir por la vida sin pararse y ponerse a pensar, a reflexionar el porqué de muchas de las situaciones que vivimos, pero yo logré ponerme a pensar. Es aún más sencillo el creer que todo lo que sucede es por obra y causa del destino… pero no es así, los males, toda esa mierda que existe no es destino, son ACTOS que seres repugnantes y malévolos se encargan de cometer en nombre del “progreso”, “la ciencia”, “la paz”, “el bienestar”… no es destino.
No es obra de un ser divino ni del destino que muchos de los niños mueran de hambre, de sed, de explotación, de comercialización, de violencia; que muchas mujeres mueran violadas, abusadas psicológica y físicamente, pisoteadas; que cientos de animales pierdan su casa, pierdan su especie, su alimentación, mueran en trampas, no, no es destino, son ACTOS y DESICIONES hechas por la humanidad.
He visto también que no es normal que nuestro gobierno nos haga creer que se vive en un país color rosa con paredes chorreadas de miel y los cielos color azul pastel, cuando la realidad es que las bardas de nuestras calles están impregnadas de color rojo de la sangre y violencia, la delincuencia que día con día invade esta mierda de país; que ese país rosa no existe, que en realidad está oscuro sin ninguna luz dando paso a la corrupción, a la violación de nuestros derechos, a la desaparición de la verdadera calidad de vida; que ese cielo azul pastel hace años lo perdimos, que en su lugar solo se distinguen dos cosas: torres y ventanales.
Pueden reírse de mí, de lo que les cuento, de lo que es una realidad. Poco importa.
Sé que esta política no es para nada clara, ni democrática, que eso de la “vox pópuli” no es más que un juego que nos dejan utilizar de vez en cuando para hacernos creer que somos quien en realidad gobierna, cuando la verdad es que el pueblo no tiene cabida en este país, cuando la realidad es que quien gobierna siempre es aquel oligarca al que poco le importa los intereses del pueblo, de la gente, de su gente, ese oligarca cabrón que solo vela por su interés financiero, en que como le va hacer para conseguir el dinero suficiente para obtener su cuenta en las islas caimanes.
Pude ver que hace mucho la religión comenzó a ser un negocio tan vil y bajo que me provoca nauseas, que hay bastardos que juegan con la fe de la gente, con su esperanza, con sus deseos, que piden sin tener el más mínimo remordimiento porque saben que la gente llena de fe, de buena voluntad dan todo, a esos bastardos no les importa si esa noche los hijos de sus fieles no tomaran leche y comerán pan, no les interesa nada, solo ese ego de alimentarse, sentirse intocables… recordé “él que no cree en pastores, pero cree en Dios” y ellos olvidaron a Dios.
No me parece para nada normal toda esa mierda, toda esa basura podrida, no es normal la violencia, la corrupción, el silencio.
Por estas y muchas razones, realidades, me siento muerta, ¡estoy muerta!, el sol no me besa ni la brisa me toca, por eso ha venido a decirles a ustedes, pueblo, que nada de lo que se vive aquí es normal y que mucho de lo que les cuentan es mentira y que la realidad se les oculta.
Y quiero que sepan que no están solos, que acá afuera existimos gente que no lleva nombre, no lleva huellas digitales ni títulos que presumir, que existimos gente que no busca el reconocimiento o el fin monetario, sino la paz, la lucha por los derechos, la verdad… que acá estamos y esteremos LOS NADIE, en busca de la libertad. Resistencia.>>

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El grafógrafo [Salvador Elizondo]

"Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo."

El grafógrafo.

Salvador Elizondo.