Esta última semana me ha valido para pensar sin descanso, y digo sin descanso porque hasta en el sueño el tema es tan constante que no he podido dormir sin soñar todas las noches con que licenciatura elegir. Hace una semana fui rechazada para fotografía, y escribía que aún no sabía si elegir nuevamente fotografía, si hacer persistente ese deseo incansable de dedicar mi vida al arte o de elegir sencillamente cualquier otra licenciatura.
Hoy me siento un poco más tranquila con ese tema, no es que de una semana a otra haya tenido una "revelación divina" de cuál es mi rumbo a seguir, sin errores, lo que en realidad pasa es que el pensar me ha ayudado demasiado, el recordar pláticas con "extraños" y escuchar a los ya conocidos amigos me ayudó a entender una cosa: me gusta y amo escribir, no hay más; en realidad es lo que más disfruto, lo hago sin que paguen, tan sólo he mantenido vivo este blog durante al rededor de 3 años sin que me obliguen a escribir, y sé que seguiré con el durante más años, me llena, me hace feliz, es mi catarsis.
Entre tanto también me dí cuenta de que le temo a eso que le llaman "vanidad", o puede que no sea vanidad y me de terror reconocer mis "virtudes y aptitudes", tal vez porque me cuesta aceptarme a mi misma, tal vez porque me da miedo "el que piensen de mi", el que me vean ególatra, pero en estos 7 días logré entender que no es egolatría ni vanidad, y que poco me debe de importar si me ven o verán así por lo que a continuación diré:
Escribir, ser creativa con las letras, hombre, lo hago bien, soy buena en eso, y para fortuna y dicha, lo disfruto.
No diré ya que soy una maravilla y que lo que escribo siempre esta bien, que lo que hago cuando deslizo mis dedos sobre el teclado es la perfección andando, que mis cuentos cortos, mis crónicas y mis relatos son excelentes, entretenidos o maravillosos, pero a pesar de eso sé que tampoco lo hago mal, que los pocos o muchos que me han leído pueden decir de lo que escribo cosas buenas y malas, pero al final siempre hay alguien que me dice que le gusto, lo entretuvo o que, inclusive, se sintió propio en la narración.
Cuando me siento inestable, temerosa de que escribir no sea lo que hago bien y disfruto, cada que me pasa eso me gusta recordar las palabras de un profesor. Hace 4 años, para pasar la clase de expresión oral y escrita del último semestre de preparatoria, Mario Hugo Nepote nos pidió realizar un libro; como todos, entregué mi libro la fecha solicitada y no volví a saber de Nepote, hasta unos meses después, ya graduada fui a visitar a unos amigos en la prepa y me lo encontré allí, me sonrió y con gran entusiasmo me dijo "me gusto mucho su libro, no recuerdo su nombre pero no olvido el título del libro, es usted la autora de "Facciones muertas", ¿no es así?", debo aceptar que tímida e invadida de alegría respondí que sí, y continúo diciendo "ya recuerdo, es ustedes Ana Karen Carrillo, la reconocí por la fotografía, quiero decirle que estoy esperando con gusto su segundo libro" . Palabras más, palabras menos, palabras que serían difíciles de olvidar.
Es un mini diálogo que nunca había compartido con muchos de ustedes, tal vez sólo con dos o tres personas, pero vi pertinente el venir a compartirlo hoy, porque saben, puede que a muchos no les guste "como" y el "que" escribo, pero sé que existe alguien allí afuera, que gustoso espera mi segundo libro, que sé, disfrutará leerme, mientras yo disfruté escribirle.
Ahora sólo me queda entender cual será mi rumbo, que licenciatura elegir en la cual pueda seguir escribiendo, en la cual trabajar con lo que disfruto y hago bien sea un juego de todos los días.
Ana Karen Carrillo Rivera.