Día 30
A un mes de alejarme de él, de extirparlo por completo de mi vida, de ser fuerte y valiente, me he dado cuenta que lo podré olvidar, que a pesar de ver su huella en mi dedo pulgar lo dejaré atrás.
Él ya no es mi adicción, por el momento, el amargo de sus besos no me hacen falta.
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