
Aún me parece escuchar tu voz...
Entre tinieblas camino sin un rumbo fijo,
mi esperanza es la luz que me ayuda
a proseguir en este andar,
el calor de tu recuerdo es mi
motivo por el cual seguir adelante.
Mi hoy se vuelve nunca y
simplemente mi ayer se vuelve
mi fe, fe con la que he decido
alcanzarte, amarte y recordarte.
Nadando en un cause
de aguas saldas, me doy cuenta
que nada es, fue ni será eterno,
nada podrá llegar a serlo.
Perdida en el bosque de la
tristeza, me percato que la
alegría sólo depende de uno mismo
y no del lugar ni de las personas.
Sentada en tu recámara me di
cuenta que nunca te fuiste, que jamás
te iras y que probablemente tú me
recibirás con los brazos abiertos.
Viviré pensando que
estas bien, que ya no
hay preocupación por la
cual tus sueños se disuelvan...
Ana Karen Carrillo
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