domingo, 27 de diciembre de 2009

Confituras.

Aby llegaba a guanatos a las 2:00 o ¿había dicho que a las 12:00? Maldición, no lo recordaba y había prometido ir por ella a la central, para colmo y juego del destino la pila del despertador venia fallando hace un par de días y el maldito aparato sonó a las 9 de la mañana, llevaba dormida un par de horas, la cabeza me daba vueltas y mis pulmones no soportaban más humo. Habíamos tenido una fiesta, de esas reuniones en las que Paco pucheros era el anfitrión, donde el pisto, la mota, las tachas, el LSD y los cigarrillos nunca se acababan, la música tocaba tus riñones al compas de una buena cagua; entrar a esas reuniones no era cosa sencilla, irónicamente era como un derecho de admisión, pero hace un año yo tenia acceso a esas reuniones. Fui adquiriendo mi nombre y mi prestigio por así llamarlo. En la facultad ya se escuchaba “pues puedes comprarlo con Ana patrañas” , ese nombre lo adquirí al haber hecho publico el fraude que el gordo Matías hacia con el cristal, este cabrón pretendía vendernos gato por liebre, y yo lo había destapado dejando para alivio de paco pucheros el camino libre y así fue también como él se hizo el principal vendedor de cualquier tipo de drogas en la facultad de artes, en agradecimiento por haberle “ayudado” me pasaba cada 15 días 100 laminillas de LSD para que las vendiera y yo quedarme con un 35% de esas ganancias, no era el mejor trato del mundo pero era la única manera de sacar dinero para alimentar mis vicios sin necesidad de gastar todo lo de la beca y tener que pedirle al viejo de mi padre.
Así que una vez estabilizada mi economía me salí de esa maldita residencia y alquile con una parte de la beca un cuarto con salitre, polilla y tubería vieja para poder viajar y trabajar en mis proyectos escolares, una pequeña parte la destine para mi alimentación, lo demás para mis estudios y lo que me sobra que es mucho en combinación con ese 35% para mis cigarros, mis drogas y el alcohol.
Me di la vuelta y nuevamente vi a un personaje extraño a un lado de mi, pero esta vez tenia la ligera impresión de que sí lo había visto antes, comencé a recordar caras y apareció, era el pequeño Santiago, un chileno que venia de intercambio, estaba apenas en el cuarto grado de arquitectura y ya sumaba a la lista de pendejos que amanecían a mi lado.
Salté de la cama, sabía que la central me quedaba como a 2 horas del cuarto, así que si Aby llegaba a las 12 tenía que apurarme para ir, ni modo tendría que esperar si era a las dos su arribo, pero más valía que me viera allí.
Fui al baño y con la jícara me di una tallada rápida, la regadera se había descompuesto y era obvio que el dinero no alcanzaba para el plomero, me puse lo primero que encon
tré y desperté al chileno, le pedí que cuando llegara ya no estuviera allí, podía dejarlo solo en el cuarto ya que no había nada que se robara.
Automáticamente camine hacia el tren ligero, parecía zombi, saque el aparato del demonio llamado celular, me puse mis audífonos y baje las escaleras escuchando
Placebo.
¡Puto viernes navideño! el tren se tardó más, que horror, subí y camine hacia el TUR, lo espere.
¡Puto viernes navideño! una vez más esperar y esperar y yo con esta cruda y un poco viajada era molesto y no podía esconder ese malestar, pero tenia que ir por Aby.
Aby era una francesa que vivía en Pachuca y venia de vez en cuando a Jalisco. La conocí en una reunión que organizo El loco Fidel , esta vez prometía traer unas confituras de alguna sustancia que te hacia volar por un buen rato y por eso le ofrecí alojamiento en el pequeño cuarto.
Llegue a la central, la francesita llego a las 12:00, "que bien" me dije "no tendré que esperar".
Había vendido una gran cantidad de tachas la noche anterior así que se ofreció a pagar el auto amarillo, me contó que se había enterado de la fiesta que Paco puchares había organizado y me confesó que se le hizo extraño verme en la central, creía que apenas estaba llegando a casa en compañía de un buen cabrón, el taxista miro por el retrovisor después de haber escuchado el comentario de Aby y a nosotros sólo nos quedo reír en silencio.
Aby me echo una mirada y la desvió a un pastillero, yo conocía esa mirada, me estaba presumiendo las confituras.
Cuando llegamos al cuarto el chileno ya no estaba, baje al teléfono de monedas y marque a Alex, jime y al gonzi, mi cuarto era el único lugar donde podían esconderse de las enardecientes y castigadoras miradas de sus padres, así que el trato era siempre el mismo yo ponía el lugar y ellos el agua vital, así de esa manera evitaba gastar en alcohol y reservaba para mis drogas. Llegaron media hora después.
Nos sentamos en el piso y aby sacó 5 confituras, nos correspondía una sola y nos dijo –eso no es todo chavos, un al
emán me vendió estas gotas, 4 en cada ojo y vivirás tus fantasías.- jime fue la única que expreso su temor, los demás no lo tragamos, y es que era fabuloso y a la vez peligroso, ya que eran dos drogas nuevas y de un jalón.
No se atrevían a tocarlas, hasta que aby dijo –bola de maricas- y tomó la confitura y se la llevo a la boca comenzó a chuparla y enseguida resbalaron por sus pupilas 8 gotas de aquella sustancia. Se quedó recostada y el gonzi le siguió, para ese entonces jime y yo estábamos preocupadas, Alex abrazo a jime, la recostó y les puso las gotas y le dio la confitura, después lo hizo él, “todo el día en un viaje, que más da” y lo hice también.
12 minutos después, una vez acabada la confitura abrí los ojos y me incorpore, no vi a nadie y enojada grite –chingado, ¿Dónde estas?-  

 Aby respondió –Aquí estamos ¿no nos ves?- no pude responderle al aire. Escuche la risa de alex y a jime diciéndole que había abortado para estar con él. Algo raro pasaba el cuarto era más pequeño y más viejo, se veía sucio, logre escuchar al gonzi hablar con alguien, le contaba todo lo que había pasado en los últimos cinco años, comprendí que hablaba con la imagen de Federico, su hermano mayor a quien le habían matado en una manifestación, esos cabrones de los policías hacia ya 5 años, Aby lloraba y lloraba y me abrazó –Ana Ana- me dijo –Alberto no me engaño, me lo acaba de decir, estaba aquí ¿no lo viste?-, yo veía cochambre y veía como las paredes se gastaban, sentía que el edificio se desmoronaría y así lo veía, Alex reía y reía mientras jime le confesaba que su padre a los nueve la violaba. Gusanos y arañas salían de las paredes y salté a la cama, cucarachas se comían el suelo y les escupí, mi baba parecía ácido, dejó un agujero en el piso y de ahí salió mamá, ¡Mamá era mamá! Con ese suéter tejido color durazno con el que la habíamos enterrado, se apenaba de mí, me veía y se avergonzaba de su Ana, de su pobre hija y regreso al hoyo.El cuarto giro y giro, me convertía en intergaláctica, tenia a lu, mi hermanita, la pequeña lu estaba a mi lado y me dijo –viajemos en ríos rojos, echemos a esta nave gasolina color bermellón, alcanza a mamá, alcánzame a mi.-
Eche ese liquido viscoso a esa nave espacial y no volví a saber nunca más de aby, jime, el gonzi, alex y mi estimado paco pucheros.









Ana Karen Carrillo

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domingo, 22 de noviembre de 2009

ska-p

No hay palabras para describir la noche de ayer. Ska-p estuvo genial, las mejores dos horas de mi vida, el mejor concierto de mi vida, gracias a ska-p!!!!!
RESISTENCIA!



lunes, 9 de noviembre de 2009

Sin titulo






Inés, es sólo cuestión de que cierres los ojos, te dejes llevar por mi voz y aquella nueva sensación que invade tu piel, confía en mi, prometo no defraudarte, prometo no tocarte.
Ahora me acercare poco a poco a ti y te hablare al odio, así, ese aire que pasa por tu costado es mi presencia, esto es más que susurros. Tranquila Inés, yo te asegure que no te tocaría y así será, eso que sientes es sólo mi voz, eso que te hace temblar es sólo mi voz, eso que te gusta es sólo mi voz junto a tu oreja.
Niña, imagina ¡No! no abras los ojo, estas nadando, es una laguna nunca antes profanada por los humanos, tú eres la primera y ella no te rechaza; irradias belleza pueril y aquel espacio de agua dulce se complace con tu presencia, con tu desnudez.
El agua es casi cristalina y las aves de vez en cuando vuelan sobre ti, tu cuerpo desnudo es algo nuevo que les gusta, es que eres tan hermosa Inés, tan hermosa.

Tus dedos comienzan a arrugarse, crees prudente salir del agua pero has nadado bastante, tanto que no quieres regresar a donde empezaste, sabes que te cansarías, pero también sabes que tu ropa esta allá, el canto de las aves y el agua misma te hacen recordar que en aquel bello lugar sólo estas tú, solamente tú.
Sales del agua y ahora el viento te da cobijo, es tan cálido, tan suave, es como mi voz. Recuestas tu delicado cuerpo sobre el pasto, los rayos del sol golpean sin quemar, parece magia.
El viento trae consigo una pluma azul magneto de un ave que paso para contemplar tu anatomía y la posa sobre tus dedos del pie derecho. Inés siente su suavidad, agudiza tus sentidos, permítele besarte, permítele tocarte, acariciarte, permítete sentir.
Una brisa comienza a surgir, tan tenue que apenas se siente, hace mover la pluma y ahora queda cerca de tu tobillo. El viento la vuelve a mover, es como si la hiciera caminar, recorre la suave piel de pierna y termina en tu rodilla. Regresa la brisa y hace volar aquel azul magneto para colocarlo sobre tu cuello, queda justo sobre aquel lunar que tanto me gusta. Algo extraño pasa, el viento a cambiado de dirección y ahora obliga a la pluma a caminar del lado contrario, comienza a bajar y roza tus senos, sientes como aquel material volátil toca tu piel, así. ¡No! no los abras, es sólo aire, sigue confiando.

El viento esta loco, perdió su rumbo, lo hiciste perder su rumbo y hace mover la pluma y la posa en tu pezón, la gira y sientes como tus vellos comienzan a erizarse, algo así. El azul magneto regresa al centro de aquel palacio y recorre por tu abdomen, se posa justo debajo de tu lindo ombligo, hizo un recorrido parecido a este…Inés, ¿qué fue lo que te hizo extender tus brazos? ¿la pluma, el aire o ambos? Shh déjate llevar.
Aquel material frágil pareciera tener pudor puesto que le cuesta seguir su camino pero tu piel le pide a gritos que siga, que no pare y trémula sigue bajando para llegar a tu pubis, te agrada la sensación, una sensación parecida a esta…extrañamente no sólo te agrada, sino que también te atemoriza, te hace temblar pero no de placer y a la vez no quieres que aquella pluma azul magneto te abandone.
Inés, eres una niña, tan sólo una niña, aquel lugar lo comprende, lo entiende y una brisa fuerte hace desaparecer de tu cuerpo aquel fragmento, porque no quiere asustarte, no quiere alejarte de allí, de mi.
Porque
Inés, a pesar de que a tus 17 años creas ser ya una mujer y estar preparada para todo, aquel lugar mayor a ti por 10 años se ha dado cuenta de que no es así, que tu cuerpo, aquel cuello pálido, aquellos senos inmaculados y esa pubis aún no están listos, que tú Inés eres una hermosa niña para este viejo lobo, que tu momento pequeña no es este, que aún te queda mucho por aprender y que espero niña me dejes enseñarte, Inés, cuando realmente estés lista.

Ana Karen Carrillo



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viernes, 30 de octubre de 2009




Las gotas de sudor recorrían cada parte de su cuerpo… se trasladaron desde el cabello tratando de salir a como diera lugar, presas de aquella telaraña de lacios y largos hilos que las sostenían. Comenzaban su camino en la sien, derramaban extraña adrenalina y rareza, la mejilla se notó un poco mojada por aquellas esferas cristalinas que se deslizaban por el cuello marcando un cause como los ríos, queriendo encontrar salida pero sin poder hallarla.


Se deslizaron hasta llegar a la “V” del cuello, que se hundió un poco para luego darles paso a una deslizada entre los senos, donde aquellas huellas, semejantes a las que deja el rocío, sufrían al no poder pasar libremente, simulando estar estancadas en una presa. Finalmente… las puertas se abrieron, dando paso para que se deslizaran en picada libre sobre el abdomen hasta llegar al centro de aquel gran mundo en el que se encontraban; en ese espacio, se hicieron una sola, transformándose en un remolino del cual, solo una parte logró salir, descendiendo para yacer muerta en la entrepierna…

Ana Karen Carrillo


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domingo, 4 de octubre de 2009

Positivo

Martha, conseguiste la prueba de embarazo, tu amiga la consiguió por ti, ya que a ella no le daba pudor ni miedo.
La prueba: Positivo.
Martha, no lo podías creer, alguien dentro de ti. Te habías cuidado, todo el tiempo lo hacías, nunca olvidabas usar tu condón, siempre estaba presente en cada relación, cada que hacías el amor con Leonardo se protegían, pero esta vez algo fallo.
Martha, te hallabas en tu alcoba muerta de pánico, como fiera enjaulada, de aquí para allá, derecha izquierda, izquierda derecha, con todos tus sentimientos encontrados. Tenías miedo, miedo de lo que sucede, de lo que sucederá. Duda al que dirán. Coraje del maldito accidente, como lo llamabas tú, agobio de no saber a quién poder acudir. Frustración por que sabías del conservadurismo de tu familia.
Martha, Susana llego y te pregunto si la prueba que te había conseguido había servido de algo.

La prueba: Positivo.
Martha, te preguntabas desesperada ¿qué voy a hacer?, ¿ahora que?, ¿por qué a mí?, ¿cómo sucedió?, ¿cómo decirle a Leonardo?, ¿decirle o no a la familia?
Martha, has memoria, Susana, sí, aquella amiga que conociste cuando se mudo hacia apenas 8 meses en aquella residencial, te sugirió una idea que te pareció mala, triste y repugnante pero algo te decía que no era tan pésima después de todo.
Martha, querías pensar bien la situación, tu nueva situación así que Susana te dejo, pero te dio un número telefónico y te sugirió que llamaras cuanto antes, puesto que ya tenias 2 meses de retraso, sí, 2 meses que no habías tomado enserio hasta que susi te comento.
Martha, guardaste bien ese número telefónico, no sabias por qué pero lo guardaste.
Martha, 7 días después hablabas con Leonardo.
Leonardo, aquella pareja sentimental con la que tenías 2 años de relación, dos años de vivir, momentos lindos, y un día de vivir el momento más frustrante para él. Te consiguió otra prueba para estar seguros.
La prueba: Positivo.
Martha, te reprochó, te reprochó no haberte cuidado bien, te reprochó por su hijo, te reprochó y no se quiso hacer cargo, te abandonó.
Martha, en tu casa cada día se hacia más marcada la mala fe que se le tenia a las mujeres solteras jóvenes embarazadas.
Martha, te hallabas frente al teléfono y en la mano, aunque no lo quieras creer, llevabas aquel número de teléfono que Susana te había dado un mes atrás.
Marcaste.
-Bueno.
-Hola, una amiga me dio este número y
-¿Cuántos meses?
-¿He? 3
-Bueno, necesitas dinero, ¿cuentas con el?
-Si
-Le programo la cita para este fin de semana
-Pero…
-¿Sí o no?
-Sí
-Podría darme sus datos…

Jueves, viernes, el sábado llegó.
Martha, te fuiste sola, Leonardo ya no existía en tu vida, y Susana no podía acompañarte.
Martha, te dio asco aquel lugar, ver a todas las mujeres que acudían a lo mismo que tú, te revolvió el estomago, aquel lugar feo, sucio, impregnado de olor a muerte.
Esperaste y te llamaron.

Martha, te hicieron recostarte y levantar las piernas y te dijeron -Será rápido-
Martha, el miedo te inundo y el dolor te hizo estremecer, un frío baño tu útero.
Martha, se que no podrías recordarlo, bajo la camilla gotas inmensas de sangre no dejaban de parar, sentiste que salió algo pero el sangrado no se detenía,
Martha, una lágrima cristalina rodó sobre tu mejilla, el medico grito “Enfermera, la perdemos”.
Martha, palideciste, enmudeciste. Un desgarre con aquellas pinzas que eran las armas que mutilaban a tu hijo. Aquella herida profunda en tu útero trajo consigo una hemorragia enorme- Sí Martha, no pudieron controlarla, sí Martha, ya no estas allí ni acá, sí Martha, él esta contigo como debía ser, sí Martha no te juzga, te perdona. Sí Martha.


Ana Karen Carrillo



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domingo, 27 de septiembre de 2009

Sonrisas de maldad...tan dulces para el alma.




Estaba sentado frente a él, su aliento putrefacto llenaba la habitación de olor a muerte, ¿o quizá era que sabía que moriría? Los dos nos veíamos y pareciera que habíamos salido de una pesadilla, cada uno miraba con recelo al otro, y yo me preguntaba ¿por qué me trajo aquí? ¿por qué no solo dispararme, apuñalarme y huir? El silencio calaba cada vez más pero no me atrevía a romperlo, ni si quiera a perturbar aquel monótono momento con la respiración acelerada.
Estaba al borde de terminar mi vida, de verse apagada la luz de la aferrada carrera sin sentido, mundana, banal y repugnante de mi ser, dentro de mi había un grito que no tenia cabida en ese lugar, esa escena que ganaría un Oscar de ser solo Cine y nada más, de no ser la vida real, pero sin embargo, aún en ese momento de euforia y de depresión yo quería seguir comprendiendo su bien estructurada mente, quería seguir comprendiendo que había pasado en su vida para que él llegara a ser tan sádico y sobre todo tan maravilloso, tan genio, tan inteligente, para haber obtenido ese maldito y bendito don de la creatividad mortal, y él lo sabia, sabia mi deseo exacerbado por querer entenderlo, y se bufaba de mi, de mi estúpida y vana egolatría, por que aún sabiendo que iría directo a un agujero sin luz, con tierra y piedras y que jamás podría revelar mi estudio, mi “experimento”, quería saber, obtener eso que durante 6 años
no había obtenido, haber leído su mente, haber entrado en ella y exprimido todo a su paso, para después fabricar con palabras vacías y bien acomodadas aquel fascinante descubrimiento y así ganarme el respeto y la admiración de muchos, de los “grandes”, que mejor ser un GRANDE pertenecer a esa bola de pendejos que sólo adulaban al maldito bastardo que donaba para los estudios, ser un lame botas más y sacar dinero siendo nadie después de algo y estar en los libros y nada más.
Él me miraba, cosa irónica, él comprendía mi mente, él sí hacia de mi añicos, él jugaba conmigo. Saca conjeturas acerca de mi con sólo verme, olor mi miedo, ese sudor agrio con tintes de gritos de piedad, con mi mandíbula temblorosa, por miedo e ira. Le excitaba ese momento, restregarme en la cara el poder de él sobre el que se supone era su dueño.



Cuando menos lo esperaba él me sujeto del brazo, se acerco y con su aguda voz dijo –Soy una alimaña rara de entender, posiblemente disfrazada de terror por la calles, pero siento, querido doctor, yo siento, siento su miedo, su ego, su deseo por averiguarme, siento que mi vida se evapora cada vez que SIENTO, doctor, usted ya puede responder esas preguntas que tanto lo atormentar, yo sé doctor que usted se interroga una y otra vez que hace aquí, por que no lo mate desde antes, ahora lo sabe y podrá irse a su tumba, a su podrido hoyo negro con la satisfacción de por lo menos haber podido averiguar algo de USTED Y DE MI, de haber comprendido que somos exactamente iguales, somos la misma carroña repugnante y maloliente que la sociedad aborrece. Sí mi estimado doctor, somos seres de ciencia y psicología, somos hermanos de la misma perra idea de SABER MÁS Y MÁS PARA ENRIQUECER NUESTROS VANOS DESEOS FURTIVOS DE EGOLATRÍA, si doctor, no somos nada distintos, yo soy un maldito asesino, destazo gente, como viseras y corazones y usted, mi doctor favorito, es un maldito asesino, destaza mentes, come memorias y sentimientos, ¿lo ve? somos la misma porquería-
Calló, y no lograba entender como sus palabras podían tener tanto sentido y significado, tanta veracidad. Para ese momento ya no me preocupaba estudiarlo, yo sólo deseaba que todo acabara ya, que esta cosa, humano o demonio acabara con mi tormento, él lo notó, y por primera vez note piedad en él, sacó de su chaqueta un cuchillo y seguía frente a mi, le gustaba que la gente viera su placer al matar, por fin mi garganta se atrevió y le grite- Maldito, mil veces maldito…- tajo mi garganta, ya no pude decir más, la sangre brotó y con ella  su sonrisa también.


Ana Karen CarrilloSafe Creative #1001085274804

sábado, 12 de septiembre de 2009

¿Y si les digo que anoche morí?





¿Que qué paso? las lágrimas de mi madre, la desesperación de mi hermano y las hipócritas visitas, unas lágrimas más falsas que mi “interés” por las matemáticas y un reencuentro tardío, el alivio de aquella perra enemiga tan querida y la tristeza de mi amigo hace años ya olvidado, ¿Y mi padre? en alguna peda con música country una buena chela y una puta a su lado, pero sin duda se ha enterado. Galletas y café, un poco de mocos y muchos pañuelos, oraciones y rosarios pidiendo por mi “salvación” ¿Salvación? yo no necesito una salvación divina, no creo en eso, aparte no lo necesito, amo mis “pecados” cometidos. Parafina quemada y las horas pasadas, la madruga y aún no llega mi mejor amiga, es obvio, aquella maldita y la hipocresía reencarnada eran las misma persona, hoy me doy cuenta, unas charlas escapadas y unas sonrisas fingidas, que idiota no me había caído el veinte. ¿El corazón desecho de mi novio? Para nada, sólo unas lágrimas y unos sollozos, mi prima se acerca, lo abraza y le dice “todo estará bien”, claro que sí, hallara consuelo en esos espaguetis que tiene por brazos, la conozco, es una “Lolita” , que decir de él, con esa cara finita cualquier golfa cae a sus pies. Es cosa que veo y no la creo, ¿el tío “adinerado” se digno a bajar con la prole y acudió a mi funeral? ¡ah! con que canija razón, un abrazo a mi madre, asquerosamente falso, y un flash aparece cegando, le dice “mis condolencias” y se retira el muy patán, cerdo. La aurora se acerca y el lugar se refresca, muchos se han ido a dormir, plácidamente yacen en sus colchones, por fin me siento tranquila sin tanta gente a mi lado, sin tanta falsedad y… ¿qué es lo veo? al joven que rechace por el de la cara finita, entra titubeante y un par de lágrimas logran escaparse, abraza a mi madre, el más sincero, no se dicen nada, y se posa a mi lado, ¿qué me sucede? Lo veo y quiero tocarlo y me doy cuenta de que es tarde, mi oportunidad se a escapado, realmente la desperdicie; toca el cristal y con la más pura verdad articula “S-I-E-M-P-R-E-T-E-A-M-A-R-E” ¿Por qué me hace sentir, ahora que morí? Resbala sus dedos por el cristal empañado y muerde sus labios para ahogar aquel grito acallado, con fiel firmeza me dice “Espérame, se que te alcanzare, aunque no pudiste ser mía en esta vida en aquella lo lograré”. Se retira de frente, teme darme la espalda, abraza de nuevo a mi madre y huye de su pesadilla. El adiós menos inesperado, el que me dejo petrificada, fue el más bello y hermoso y el que nadie recuerda. El día por fin llega, la carroza me espera. El sepelio se siente, la tierra me cae, mi madre se tira, no lo soporta, porque nadie imagina enterrar a su hija.









Ana Karen Carrillo


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viernes, 11 de septiembre de 2009

Septiembre



Promesas desechas
y un vaso quebrado,
los dos son cristales desechos
por verdades certeras.

El amor en la hoguera,
la leña en sus labios,
el fósforo en tus manos
y sin duda mi vida se esfuma.

La confianza murió
y el adiós es inevitable,
aceptemos la historia acabo
tajada por la navaja de tu amante.















Ana Karen Carrillo
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jueves, 10 de septiembre de 2009

Alis




Los colores de la mañana se infiltraban por la ventana, los tenues rayos de luz encendían la cara desvelada de Alis, sus ojos estaban cerrados llenos de lagañas, el sol la despertó.
Extendió sus brazos y bostezo, abrió los ojos lentamente y se sentó en su cama.
Toco su cuerpo y recordó lo que la noche anterior había vivido, su rostro reflejo la tristeza de lo que comenzó a revivir.
Se levantó impulsada por el deseo de que todo fuese mentira y se miró al espejo, se repudio, en sus brazos había secuelas del infierno de la noche anterior.

Alis salió con Braulio, el amigo de la infancia que hace ya más de 4 años no veía, el abrazo del reencuentro despertó en él la perversión y la lujuria que el cuerpo de Alis le producía.
Se sentaron en la plaza a tomar café y a platicar que había sido de ellos en esos 4 años de separación. Las tazas de moka y expreso viajaban rápidamente al igual que el reloj, la noche los alcanzó muy pronto, y como aún había mucho que contar Braulio la invito a su nuevo departamento ubicado en la Condesa. Alis gustosa accedió. Caminaron cada quién a sus autos y Alis siguió el de Braulio.
El tráfico era poco, entre semana casi nadie sale, una vez que llegaron estacionaron los autos; caminaron al departamento y cuando estaban frente a la puerta Braulio entusiasmado inspeccionaba cada detalle del esculpido cuerpo de Alis.

El departamento era frío, incomodo y solo. Braulio le invito un trago. Las lindas y bien torneadas piernas de Alis estaban siendo asechadas por la perturbarte mirada de Braulio. El alcohol pronto comenzó a naufragar la razón de Braulio. La invito a su cuarto y Alis se negó.
¿Cómo alg
uien se negaría a mi, yo tan perfecto? Fue lo que paso por la mente de Braulio, y lleno de coraje y de deseo carnal la tomo por el brazo y a rastras se la llevo.
Alis estaba desconcertada, nunca había visto a su amigo así, la aventó a la cama y sujeto sus brazos y piernas. Le dijo que siempre la había deseado y que quizá estos años de separación lo habían hecho valiente para hacer lo que haría.

Braulio comenzó a desnudar el cuerpo de Alis. Ella empezó a gritar y a llorar, sus lágrimas en seguida ahogaron sus gritos; é
l toco los labios de Alis con los suyos y sus dientes pronto fueron navajas en los delicados labios color carmín de Alis, gotas de sangre hicieron cesar el llanto.Él encendió su cigarrillo y rápidamente lo puso en la tersa y suave piel de Alis, una y otra vez, no se cansaba, de sus brazos se expedía un desagradable olor a carne quemada, lo caliente carcomía a su piel.
Ceso la tortura del cigarro, y él empezó a acariciar el bello y casi perfecto rostro de Alis, analizando cada poro como si nunca antes lo hubiese tocado y de pronto sus manos empezaron a bajar lentamente y aprisionaron sus senos, los estrujaba, los manipulaba, los lastimaba. El cuerpo de Braulio le exigía sacar la energía guardada, se desnudo.
Se subió sobre Alis y la abofeteo, su mejilla pronto comenzó a amoratarse. Los sexos se unieron, Alis cerró sus ojos llena de pánico, tristeza y coraje porque ahora su amigo se convirtió en su verdugo, y su verdugo se estaba convirtiendo en su violador. La agresión de él hacia ella era fuerte, los golpes y el cansancio hicieron que su organismo se quedara inerte, desmayada.
Alis se encontró tirada en su cama, reviviendo aquella dura noche donde su cuerpo fue ultrajado y su alma vejada.

Ana Karen Carrillo


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Calles

En los pálidos suburbios desesperanza se vive, miradas cansadas y mujeres violadas.
Las viles arañas manipulan sus redes, el pobre obrero se vuelve su presa. El sol ensordece y la luna los mantiene, el oscuro lugar a donde su prostituta hallará, no es más que una jaula donde el yacerá.
Inanición, la locura más atroz, fingiendo las gotas para no hallar más deshidratación.
Muertes en vano, vidas podridas, no son más que resacas que el alto jerárquico jamás sufrirá.
Llamas y polvo que se vuelven mi ciudad, sufro este cáncer que agobia a mi pulmón.
No pido más yo solo quiero paz, conciencia y sobretodo justicia e igualdad.


Ana Karen Carrillo


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....




Aún me parece escuchar tu voz...


Entre tinieblas camino sin un rumbo fijo,
mi esperanza es la luz que me ayuda
a proseguir en este andar,
el calor de tu recuerdo es mi
motivo por el cual seguir adelante.


Mi hoy se vuelve nunca y
simplemente mi ayer se vuelve
mi fe, fe con la que he decido
alcanzarte, amarte y recordarte.


Nadando en un cause
de aguas saldas, me doy cuenta
que nada es, fue ni será eterno,
nada podrá llegar a serlo.


Perdida en el bosque de la
tristeza, me percato que la
alegría sólo depende de uno mismo
y no del lugar ni de las personas.


Sentada en tu recámara me di
cuenta que nunca te fuiste, que jamás
te iras y que probablemente tú me
recibirás con los brazos abiertos.


Viviré pensando que
estas bien, que ya no
hay preocupación por la
cual tus sueños se disuelvan...

Ana Karen Carrillo


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Para Valentin



Las miradas nítidas
nos llenaban de calor,
las manos tersas
confortaban nuestra pasión.
Tus labios emitían
palabras que anunciaban con tanto clamor
aquel triste sueño que no se cumplió.

Quizás sea muy tarde para poder rescatar,
quizás muy temprano para poder olvidar.

Sea lo que sea en mis sueños por siempre estarás,
y ahora yo solo espero poder perdurar
en aquel efímero suspiro
que en tus labios esta.

No se si puedo volver
y no quiero que tú sigas mi andar.
trata de ya no llorar,
por en alguien más tu alma y corazón.

¡Vive y entrega con tanto afán!
todo el amor… que mío no será.

Extiende tus brazos y recíbela bien
yo se que feliz ella te hará.

Dile que la amas y no la dejaras
que yo soy pasado y no valgo,
mas que un triste recuerdo que en ti vivirá.
No le mientas, dile que me visitaras,
en mi coma profundo,
no la puedes engañar.
Ana Karen Carrillo


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¡Para el sistema!



Un sueño me despierta, salto de la cama y lo único que distingo a mi lado es esa puta que siempre me ha seguido a donde quiera que voy, no logro comprender cómo es que no se ha hartado de mi, de nosotros, por que esta puta hija de perra no se va y me deja respirar en paz.
Nos encanta, nos hace caer en sus redes; no hace distinción entre género ni edades, no le importa de que país venimos, siempre nos agarra para no querer soltarnos nunca, nos vuelve maquinas, porque a pesar de que caminamos entre la mierda, entre destrucción, entre sabores amargos y colores insípidos, jamás los olemos, los vemos, los degustamos ni los oímos, nos hace dejar nuestra sensibilidad atrás, nos hace presos de ella; pero a pesar de todo esta ramera tampoco es libre, porque detrás de ella siempre hay padrote o madrota controlándola, manejándola, para hacer que nos manipule como marionetas para nunca perder poder.
Pero este mensaje es para esa prostituta:
 hey, puta, quiero que sepas que a pesar de tu trabajo tan fino y minucioso, no nos has cegado a todos, existimos unos cuantos muchos que no lograste engatusar con tus falacias, que hay muchas conciencias que tus altos jerárquicos jamás podrán dominar, somos pocos muchos que sabemos gritar…¡Resistencia!

Ana Karen Carrillo



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El grafógrafo [Salvador Elizondo]

"Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo."

El grafógrafo.

Salvador Elizondo.